En cierto modo es un proyecto empresarial, pero a la vez pretendo que sea un modelo de trabajo entre iguales, en el que unos compañeros se escuchan a otros y se ayudan entre sí.
Una forma de trabajar tanto las emociones como cualquier otro proyecto personal o escolar, en que se ayudan entre ellos.
No puedo cerrar este post sin agradecer enormemente la colaboración de Mar, de 11 años y mi sobrina, que al verme dibujar como un loco sin muchos pies ni cabeza, se sentó a mi lado, escuchó mi idea y lo que debía hacer y se puso a hacer esbozos y darme ideas, incluso estando lejos de fin de semana. Creo que sin buscarlo he conseguido una joven seguidora del Visual Thinking.
A ella debo lo más creativo de lo que os muestro.
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